Para la realización de una
buena entrevista se debe delimitar tres momentos claves: la preparación, la
ejecución y la escritura. Y cada uno de ellos exige una serie de condiciones
para que el resultado final sea excelente.
Existen unas condiciones
mínimas que a la hora de la entrevista son muy puntuales, tanto el
entrevistador como el entrevistado deben saber con anterioridad el tema a
tratar para que la conversación se torne más fluida y logren opiniones e
información adicional.
Para la preparación es necesario documentarse bien para no repetirle las
mismas preguntas, no dar un cambio muy brusco en las preguntas, ir paso a paso.
Es necesario tener un guión
previo para no perder el hilo de la conversación.
El cuestionario escrito da
mayor seguridad, ya que evita que no se nos olviden cosas importantes. No es para
seguirlo al pie de la letra sino para tener un apoyo.
Al momento de conseguir la cita,
lo mejor es solicitarla no llegar de improvisto.
La ejecución es uno de los
puntos más difíciles ya que ponemos en práctica lo ensañado anteriormente y es allí
donde estableceremos un buen dialogo y una buena impresión.
Las mejores entrevistas son
conversaciones fluidas.
Las preguntas deben ser
productivas formuladas de manera que podamos tener el máximo rendimiento de
ellas.
Hay que preguntar y saber
escuchar.
Se debe obtener la mayor información
simulando otra identidad o postura para así justificar y saber de qué parte está
el entrevistado, es formar un debate.
El trabajo de un periodista
no es fácil pero es realmente gratificante cuando se obtiene una gran entrevista.
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